"Tú, encolerizado con tu ungido,
lo has rechazado y desechado,
has quebrado su cetro glorioso y has derribado su trono, has acortado los días de su juventud y lo has cubierto de ignominia.
¿Hasta cuando te esconderás Yahvé?"
Tenía que morir Jesús, para dar respuesta a esta pregunta del Salmista ... y nuestra también. Como dice San Pablo, si Cristo no hubiera resucitado vana sería nuestra esperanza. Pero el Padre lo resucitó, para que ya no tengamos miedo, para que sepamos que tenemos un sitio preparado por el Señor .. junto a Él, donde ya se terminan la tristeza y la penas de este mundo.
¡Gracias Señor! Por amarnos tanto, has querido pasar Tú toda la Pasión, para salvarnos y decirnos que somos tus amigos .
¡Qué detalle Señor has tenido conmigo cuando me llamaste, cuando me dijiste que Tú eras mi amigo.... !
(Carmen Perez)
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