sábado, 4 de agosto de 2018

LA CRUZ PALPITANTE

Jesús, todos te buscan,
y muchos aún no lo saben.
Jesús, yo te busco pero aún 
no sé dónde encontrarte.

Me hablaron de una Estrella,
que guiaba a los que iban a adorarte.
Jesús, me hablaron de Ella
que creyó cuando no creía nadie.

Sí Jesús, mi Madre Buena,
que tú me regalaste.
En aquel día que dijo "así sea"
y tú todo lo transformaste,
todo se hizo en Ella,
que creyó sin cuestionarte.

Gracias Señor por Ella,
que me guió como estrella,
hasta el suelo de aquella tarde.
Esa tarde en la que Ella,
se convirtió en Nuestra Madre.
Madre de todos los corazones,
por los que Tú te entregaste.

Jesús, desde aquel día, 
nada volvió a ser
como antes.
Atravesaron tus entrañas,
donde corrían agua y sangre,
y allí se derramó,
un Amor tan grande,
que al mundo le cuesta imaginarse.

Pero yo ya sé dónde encontrarte,
no hace falta más que subir al monte
de tu preciosísima Sangre,
para saber que los corazones,
no pueden cesar de buscarte.

Y no descansarán...
¡hasta encontrarte!

(Espíritu S. e Irene María +.)

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