La muchedumbre que había comido hasta saciarse, de los panes y los peces que Jesús por medio de un milagro les había dado, va nuevamente a su encuentro. Jesús les habla de la rectitud de su corazón pues sabe que lle buscan porque les ha hecho un milagro y no por ser el Mesías, el Enviado del Padre que esperaban. Los profetas le habían anunciado como el Buen Pastor que les daría el Verdadero Pan.." El pasto de la Sabiduría" (Jr 3,15). Ante esta inconsistencia iinterior, les ilumina para que busquen primero el Alimento que está a la altura de las necesidades de sus almas, necesidades que no tienen que inventar pues están a flor de piel en sus entrañas, forman parte de su genética. Con verdadero amor, Jesús hace suya la exhortación que su Padre dirigió a Israel por medio de Isaías:" Aplicad el oído y venid a mí, escuchadme y vivirá vuestra alma" (Is 55,3). Escuchadme y viviréis, dice Jesús a los que quieren ser sus discípulos de generación en generación; escuchadme pues el Evangelio que llega a vuestra alma, llegó antes a la mía, son Palabras de mi Padre, ahora son vuestras.(Jn 17,6-8). Ellas fueron mi Fuerza y mi Sabiduría, serán también vuestra Fuerza y vuestra Sabiduria. Estamos hablando del Evangelio; el Padre lo dió a su Hijo y Él lo graba en el corazón de sus discípulos.
Antonio Pavía-Misionero Comboniano
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