Breve comentario a Jn 19, 25-27
“Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre” Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa”
“El camino de conversión del discípulo amado hasta la cruz”
2ª Parte: “Dios transforma el corazón del discípulo amado”
Dios conoce el corazón del hombre cuando está lejos de Él: “Y así el corazón de los humanos está lleno de maldad y hay locura en sus corazones mientras viven, y su final ¡con los muertos!” (Qo 9,3b) Por eso, la necesidad de ser probado por Dios hasta que pueda confiar en él, tenga un corazón entero con Él: “El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo: ¿quién lo conoce? Yo, Yahvé, exploro el corazón, pruebo los riñones, para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras” (Jr 17, 9-10)
Dios, también, sabe que debido al corazón que el hombre tiene, le cuesta mucho obedecer, dejarse instruir e ir por el camino marcado por Él: “Bien pronto se han apartado del camino que yo les había prescrito: se han hecho un ídolo de fundición… He visto a este pueblo y es un pueblo de dura cerviz” (Dt 9,12b-13) “Os rebelasteis contra la orden de Yahvé vuestro Dios, no creísteis en él ni escuchasteis su voz” (Dt 9, 23) “Le halagaban con su boca, con su lengua le mentían; su corazón no era fiel, no tenían fe en su alianza” (Sal 78, 36-37) . “¡Mil veces se rebelaron en el desierto, lo irritaron en aquellas soledades! otra vez a tentar a Dios volvían, a exasperar al Santo de Israel, incapaces de acordarse de su mano, del día que los salvo del adversario” (Sal 78,40-42).
“Pero tú, Dios nuestro, eres bueno y fiel, eres paciente y todo lo gobiernas con misericordia” (Sb 15,1) ; “Pero tú eres indulgente con todas las cosas, porque son tuyas, Señor, amigo de la vida, (Sb 11,26) pues tu aliento incorruptible está en todas ellas. Por eso corriges poco a poco a los que caen y los reprendes recordándoles sus pecados, para que se aparten del mal y crean en Tí, Señor” (Sb 12,1-2) “Yahvé da firmeza a los pasos del hombre, se complace en su camino; aunque caiga, no queda tirado, pues Yahvé lo sostiene por la mano” (Sal 37,23-24) “Él reprende, adoctrina y enseña, y guía, como un pastor, a su rebaño. Se compadece de los que acogen su enseñanza, y de los que se esfuerzan por cumplir sus preceptos” (Si 18, 13b-14)
Hasta que llega el momento y el tiempo de Dios “Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo… Él ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; y también ha puesto el conjunto del tiempo en sus corazones” (Qo 3, 1; 11a) y se fía del corazón del discípulo amado. Y lo lleva al desierto para tener intimidad con él. “Por eso voy a seducirla; voy a llevarla al desierto y le hablaré al corazón. Allí le daré sus viñas, convertiré el valle de Acor en puerta de esperanza y ella responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. Y sucederá aquel día – oráculo de Yahvé – que ella me llamará: “Marido mío”, y no me llamará más: “Baal mío” Retiraré de su boca los nombres de los Baales, y nunca más serán invocados por su nombre…Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en amor y en compasión, te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Yahvé”(Os 2, 16-19. 21-22).
(Susana Jiménez)
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