Dios y su Misterio exceden nuestra mente, por eso dice Pablo que los creyentes tienen la mente de Cristo (1 Co 2,16). Vemos hoy a Jesús predicando por primera vez en Nazaret. Los fieles de la sinagoga, hoy diríamos practicantes, quedan asombrados por la Sabiduría que sale de su boca .Sin embargo a la hora de reconocerle como el Mesías Enviado por el Padre se frenan en seco. ¿Razón? No es más que un carpintero. Sin embargo, mas allá del culto a las apariencias, subyace la perversidad interior. Llegó el momento de convertirse..la Palabra está entre nosotros. Estaban tan tranquilos cumpliendo con la sinagoga... ellos por su cuenta y Dios por la suya..y se acabó la fiesta. Es el razonamiento enclenque de que Dios molesta, cumplamos lo que quiera pero que siga lejos de nuestro corazón, pues su concepto de felicidad y saber vivir esta a años luz del nuestro. Rindamosle culto pero no es quien para decirnos lo que tenemos que hacer. Como son y somos tan cobardes para hablar así, se echa mano de la mentira subterránea del culto a las apariencias..! No es más que un carpintero... ¿Como vamos a dar importancia a su Palabra.. aunque nos asombre? Pobre el hombre que piensa que Dios habla para empequeñecer su vida y no para engrandecérsela. Oigamos lo que dice Jesús y que es válido de generación en generación: "Te doy gracias Padre porque has ocultado estás cosas- Nuestro Misterio- a sabios e inteligentes y se las has revelado a los pequeños.." (Mt 11,25..)
Antonio Pavía-Misionero Comboniano
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