Jesús envía a sus discípulos a anunciar el Evangelio. Nos sorprende las exigencias que les pide: no han de llevar pan, ni dinero, ni alforjas... Una interpretación legalista de estas condiciones, induce a creer que los discípulos de Jesús han de llevar una vida llena de privaciones y austeridades lo que siempre ha dado y da lugar a grupos más o menos sectarios que pasean ante todos, su saturronería... al más puro estilo farisaico.Tampoco es para nada fiable el otro extremo: todo vale, incluida la búsqueda del dinero y prestigio en vistas a cumplir la misión evangelizadora. ¿Qué es entonces lo que Jesús propone en el Evangelio de hoy? Que nos fijemos en Él y en su y nuestro Padre que viste esplendorosamente a los lirios del campo y alimenta a las aves del cielo. Buscar las cosas materiales como más importantes que las cosas de Dios, es propio de los gentiles - los no creyentes-. Los discípulos de Jesús dejamos que nuestro Padre nos cuide, y le confiamos a Él nuestras necesidades. Él está pendientes de nosotros porque amamos más el Evangelio y la Evangelización que a nosotros mismos (Mt 6,25..). Pablo testifica: "Sé lo que es la abundancia y la escasez". Lo que Jesús propone es la precariedad evangélica, saber fiarte de Dios porque haces su obra,no la tuya. Fiarse así.. repito, se llama precariedad evangélica, tiene un nombre: Fe Adulta.
Antonio Pavía-Misionero Comboniano
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario