No podremos nunca amarte como tú nos amaste
Nunca estaremos a la altura de ese signo de amor que fue tu muerte.
Ese arrebato tuyo de entrega infinita para salvar a los que ni siquiera habían pedido ser salvados.
¿Qué somos para ti, , Señor? ¿por qué nos consideraste dignos de esa decisión?
¿Cómo decirte que no? ¿cómo rechazar tu invitación a ser uno contigo?
Cuánta desolación por no alcanzar ni siquiera un poco tu gesto
Cuanta desesperanza por quedarse siempre a medio camino para emular tu entrega
Pero Tú no moriste esperando nada nuestro más que un si .Sí a tu camino, sí a tu Palabra, sí a querer seguirte, si a aspirar a ese amor.
Sí a soñar parecernos ,en nuestras obras minúsculas, a ese gesto de amor tuyo que nos diste en forma de Cruz Eterna.
(Olga Alonso)
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