"¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? .Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las 99 no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños."
Mt 18; 12-14
EN MANOS DEL SEÑOR
En el cuenco de tus manos,
Recogida, escondida, quiero estar
Recogida por Tí de tanta fatiga inútil de este mundo que nos abandona después de la batalla
Allí, en el cuenco de tus manos, encontrar reposo
Y sentir cómo soplas sobre mí tu aliento
Para que, después de tomar aire
Pueda caminar de nuevo por estos caminos que pones ante mí
Caminar después de haber sentido y oído tus palabras
Dirigidas a mí y solo a mí.
Nada puede pasar.
El camino espera y si mis rodillas se doblan, allí estarás Tú, inclinándote y recogiéndome
En el cuenco de tus manos.
(Por Olga Alonso)
"Canción de las subidas. De David. No está inflado, Yahveh, mi corazón, ni mis ojos subidos. No he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me vienen anchos. No, mantengo mi alma en paz y silencio como niño destetado en el regazo de su madre. ¡Como niño destetado está mi alma en mí!"
Sl 131; 1-2
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